viernes, 19 de marzo de 2010

“La trapecista"


- Hola, qué tal estás...
- bien, bien... un poco sorprendida... creí que no...
- ... que no te llamaría... yo tampoco lo creí...qué quieres beber...
- anís con hielo...
- ...umh...por favor, un Marie Brizard con hielo – le pidió él- no has cambiado... por lo que veo sigues en el trapecio...
- sí... bebida de trapecista... pero eso ya no tiene gracia...
El público medio llenaba el bar, las luces envueltas de un humo blanco como cortinas se descorrían y la alumbraban de frente.
- siento mucho lo que sucedió -ella miró al suelo y él carraspeó antes de seguir hablando- me volví loco...
- sí... que absurdo, en un momento se pierde la razón y no lo puedes evitar... -bebió un sorbo y el frío del trozo de hielo se le pegó a los labios mientras sintió que el calor del líquido le atrapaba la garganta.
- ... incomprensible... yo... me arrepiento... no me lo explico...
- es absurdo arrepentirse... lo hecho, hecho está...-siguió ella.
- pero...me arrepiento de verdad, no volverá a ocurrir -dijo medio ahogado, con la angustia del que cree que va a morir y se resiste- te pido otra oportunidad...
Las luces detrás del humo negro ocultaron su rostro, ahora él pareció invisible.
- en el trapecio no hay otra oportunidad... -contestó ella en un susurro, luego apuró la copa, el hielo diluido no le golpeó, esta vez, los labios; ahora sintió de verdad que el licor le quemaba el estómago.
- pero... yo te...
Sin dejarle continuar, ella continuó:... no hay red... ni miedo porque sabes de antemano lo que puede ocurrir...
- te prometo, te juro que...-replicó desesperado.
el bar pareció vacío, mudo, claro, sin humo, la luz resplandecía con toda la fuerza de sus vatios iluminando a ambos y ella siguió hablando como si no le oyese.
- ... sabes que si caes no existe otra oportunidad... entonces se levantó de la silla y salió, el bar se llenó de indiferencia, el público parecía que no miraba a ningún lado y las luces palidecieron tras la cortina de humo.
- pero...yo te...te juro que... –repitió él sin moverse cuando ella se balanceaba, ya, en el aire de la noche.

mamen

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